Por eso quiero que siempre saltes, grites, te duela la cara de tanto reírte, te emociones, disfrutes cada momento y sobre todo, que seas feliz. Porque nadie más que tu se merece ser feliz, luchas cada día por lo que más quieres y sé que al final conseguirás tu objetivo, Cristian. Nunca te rindas porque los valientes como tú jamás se rinden y si algún día las fuerzas te fallan, aquí estaré yo para darte un empujoncito más, ese que te hará llegar hasta el final.
Así que...sonríe, pequeña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario